Ubicado en el solar del antiguo convento de Santo Telm – a su lado está la iglesia del dicho convento, que hace las funciones de auditorio y espacio expositivo municipal – es un claro exponente de la llamada «Arquitectura del Hierro». Su construcción empezó en 1928.
Con planta basilical, las características de su arquitectura, dieron estar en un espacio ancho, luminoso y muy ventilado que recuperó su aspecto a la remodelación del año 2011. Una remodelación que además de sustituir el sol por un magnífico empedrado de piedra de la vecina Ulldecona, recuperó su luminosidad, gastado de años de uso ininterrumpido.
Presenta una estructura formada por vigas de celos de hierro sobre columnas de fundición ligeras y elegantes con capiteles ornados con motivos vegetales que al sustituir su oscuro color original por el blanco le han proporcionado un mejor aprovechamiento de la luz natural que le proporciona el acristalado de su diseño.
A su preciosa estética si le tiene que añadir la excelencia de los productos que se ofrecen, que hagan valer un pueblo fuertemente arraigado en el mar y en la tierra que lo rodea, con una extraordinaria muestra de frutas y verduras, carnes y pez, que suministran una inmejorable materia prima por los lugares de restauración dentro del mismo mercado y dónde podan xalar de su consumo.